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Introducción: ABCs de Filipenses

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Traducido al español por: Kerry-Ann Chambers

Autor

Pablo se identifica a sí mismo como el autor de esta carta escrita a la iglesia en Filipo, una ciudad de Macedonia. Pablo, cuyo nombre hebreo era Saúl, nació en Tarso, una ciudad principal romana en la costa sureste de Asia Menor. Tarso era el centro de la industria de tiendas, lo que ha podido influir en Pablo el escoger ese oficio como su ocupación (su principal profesión de sustento). Su profesión religiosa era la de un judío Fariseo.

Pablo, de la tribu de Benjamín (Filipenses 3:5) y entrenado a los pies de Gamaliel (Hechos 22:3), un respetado rabí de sus días. Él había sido un ferviente perseguidor de la iglesia primitiva (Filipenses 3:6; Hechos 8:3, 22: 4-5, 26:9-11) hasta que su vida cambió por conversión al cristianismo (Hechos 9:1-31, Gálatas 1:11-24).

Después de creer en Jesús como su Salvador, Pablo fue llamado por Dios a llevar el evangelio a os Gentiles (Hechos 9:15). Esto es algo increíble para uno que había sido un Fariseo comprometido como Pablo, quien no hubiera hecho nada por los Gentiles (Hechos 10:28). Pablo escribió 13 epístolas del Nuevo Testamento. La tradición mantiene que Pablo fue decapitado poco tiempo después que escribió 2 Timoteo en el año 67 DC (Información adaptada de The Womans Study Bible (BIblia de Estudio para la Mujer), p. 1834)

Información General

Filipos era una ciudad al este de Macedonia, o parte del norte de la Grecia moderna, a 10 millas del Mar Ageo. La ciudad fue fundada en el 356 AC por el rey de Macedonia, Felipe, padre de Alejandro Magno. Filipos era una ciudad estratégica en el imperio griego que estaba rodeada por montañas y cerca del mar. Mucho del tráfico del Este hacia Roma pasaba por Filipos, la cual servía como una ciudad portal entre Grecia e Italia (una encrucijada principal en el Camino Egnacio- uno de las avenidas imperiales que enlazaban los Mares Ageo y Adriático). Filipos era una colonia romana transplantada. Los ciudadanos en la colonia tenían los mismos privilegios y derechos de aquellos que vivían en Italia. Ellos podían mantener sus propios senadores y magistrados y no estaban sujetos al gobierno regional. Más importante aún, esto los excluía de los impuestos. Lucas se refiere a Filipos como “la primera ciudad de la provincia de Macedonia, y una colonia” (Hechos 16:12). Filipos era también el hogar de Lucas.

La iglesia en Filipos fue fundada en alrededor del 51 DC durante el Segundo viaje misionero de Pablo (para la historia completa véase Hechos 16:9-40). Durante esta visita a Filipos, Pablo y Silas probablemente buscaron una sinagoga para compartir el evangelio con los judíos locales (como era su costumbre cuando entraban en una ciudad – Hechos 16:13). La falta de una sinagoga indicaba que había muy pocos judíos en Filipos (se necesitaba al menos 10 hombres judíos para comenzar una sinagoga). Pablo y Silas hallaron, en vez de una sinagoga, un grupo de mujeres en las afueras de los portones de la ciudad, a las orillas de un río, reunidas para orar. Una de las mujeres a las orillas del río era Lidia, una negociante prominente quien adoraba al Dios de Israel (ella probablemente no era judía de nacimiento). Cuando ella escuchó las buenas noticias de Cristo, inmediatamente recibió salvación y se convirtió al cristianismo. Las buenas nuevas de Cristo fueran también aceptadas en su casa, la cual incluía posiblemente sus siervos e hijos. Lidia fue la primera creyente en Filipos y era una hospitable anfitriona a a primera iglesia en Europa, la cual se reunía en su casa.

Luego, Pablo y sus acompañantes se encontraron a una niña esclava poseída por demonios (Hechos 16:16). Pablo comandó al espíritu salir de la niña y ella, también, fue convertida. Ya que sus habilidades para adivinar la fortuna habían sido usadas por sus dueños para obtener ganancias, ellos se enfurecieron con Pablo por destruir su fuente de ingresos. Hombres deshonestos golpearon brutalmente a Pablo y Silas y fueron arrojados a la cárcel local por “alborotar a la ciudad” (Hechos 16:20).

Mientras estaban en la cárcel, Pablo y Silas conocieron al carcelero de Filipios. Después que las cadenas de Pablo y Silas fueron quebrantadas milagrosamente durante un terremoto, el carcelero que los había guardado, se convirtió al cristianismo (Hechos 16:23-34) y su casa entera creyó en Dios y fueron bautizados. Cuando Pablo y Silas dejaron Filipos, Lucas permaneció para continuar el ministerio de la iglesia recién formada. Al final del tercer viaje misionero de Pablo, éste visitó Filipos nuevamente. Pablo tuvo una relación muy cercana con la iglesia de Filipos. Ellos fueron fuente de motivación para él y también proveyeron financieramente para su ministerio más de una vez (Filipenses 4:15 & 16, 2 Corintios 11:9). Pablo llama a esta iglesia su “gozo y su corona” (Filipenses 4:1).

Contexto

La carta a Filipenses fue escrita por Pablo cerca del 61 o 62 DC durante el arresto domiciliario en Roma (para detalles de su arresto y encarcelamiento véase Hechos 21:27 hasta Hechos 28). Bajo el “arresto domiciliario” Pablo fue encadenado a un soldado romano las 24 horas del día, pero estaba libre para recibir visitas y escribir (Hechos 28:17-31). El guarda se cambiaba cada 6 horas, lo que daba a Pablo una excelente oportunidad para compartir su fe con muchos guardas. Durante este período de tiempo, Pablo escribió las epístolas de la prisión: Efesios, Filipenses, Colosenses y Filemón. Filipenses fue la última de las cartas que Pablo escribió en prisión, tal como parece indicar Filipenses 1:21-28 sobre una decisión sobre su destino se tomaría prontamente.

¿Es Felicidad o Gozo?

La carta de Pablo a los filipenses es una expresión bien articulada de gratitud y gozo. ¿Qué es exactamente el gozo? ¿Cómo se diferencia de la felicidad? La felicidad es una emoción pasajera basada en circunstancias externas. Pero el verdadero gozo es diferente – es algo que viene del interior – es una paz abundante y un sentido de contentamiento y fortaleza que se debe a algo interno.

El verdadero gozo está basado en una relación salvívica con Dios y en mantener comunión con Él. El gozo del creyente se halla en la obra interna del Espíritu. Aún los no creyentes en Jesús pueden conocer la felicidad en las cosas buenas que Dios ha dado a todos los seres humanos generosamente. El cristiano conoce el gozo que está enraizado en el lazo que existe entre el creyente y el Señor y el lazo que existe con otros creyentes a quienes ha llegado a amar (Filipenses 1:4, 25-26; 2:2, 29; 4:1). Mientras más profunda sea nuestra relación con Jesús y Su pueblo el gozo que nos espera será mayor y menos dependiente es ese gozo de circunstancias externas.

“En el Antiguo Testamente gozo se utiliza en términos de la respuesta de una comunidad que adora a Dios. Una relación con Dios fue la llave. En el Nuevo Testamento, el uso más común del gozo (griego — chairo) indica tanto un estado de gozo como aquello que nos da gozo. Nuestra relación con Jesús, particularmente morar en Él y serle obediente, es una fuente de gozo (Juan 15:10-11). El gozo se produce en nosotros por el Espíritu Santo y es un fruto de Su presencia (Gálatas 5:22; 1 Tesalonicenses 1:6). No está unido a posesiones materiales, sino que es una inundación de salvación (Hechos 8:8; 16:34). El gozo no es dependiente de circunstancias externas y se aplica al sufrimiento, así como a la salvación (Hechos 13:50-52; 2 Corintios 7:4; Santiago 1:2; 1 Pedro 1:6-7).” (Adaptado de The Teachers Commentary (El Comentario del Maestro), p. 934)

Pablo menciona 15 veces la palabra gozo en esta epístola, así que es un mini estudio excelente del gozo. Esto significa que, en promedio, la palabra gozo aparece cada 7 versículos. Esto es aún más significativo cuando usted observa que mientras Pablo escribe estas palabras de gozo, ¡él se encuentra en prisión en Roma y encadenado a un guardia romano! ¿Qué conoce Pablo sobre el gozo que trasciende sus circunstancias? ¿Está usted hambrienta por gozo en su vida? Esta carta especial motiva a todos quienes la leen a ¡conocer a Jesús y conocer gozo!

“Gozo no es la ausencia de problemas, pero la presencia de Cristo.” (William Vander Haven)

© 2017 Melanie Newton.

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