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9. Necesidad de una Vida Cristiana Constante

La Necesidad de una Vida Cristiana Constante

“Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen…” Juan 10:27

Como dice el viejo refrán, “Si lo he escuchado una vez, lo he escuchado mil veces.” ¿Qué es lo que he escuchado? La historia de que las iglesias están llenas de hipócritas, que los creyentes no viven como su Señor, y que las prostitutas, bandidos y vendedores de droga en los barrios bajos se comportan mejor. Hay muchas respuestas a este viejo cargo.

Primero, muy a menudo eso es solo una excusa para evitar ir a la iglesia y encontrarnos cara a cara con nuestro propio pecado. Algunas veces, el comportamiento al que se refieren es el comportamiento que la gente de la iglesia tenia antes de ser salva—en ese caso, el viejo refrán es solo una confirmación del poder del Evangelio. Muy a menudo, las iglesias a las que se refieren, y la gente con ese comportamiento, no son iglesias Bíblicas; hace ya mucho tiempo que han dejado a un lado las enseñanzas de la Biblia, y se han convertido en clubes sociales religiosos.

Sin embargo, mientras los casos de arriba muchas veces son verdaderos, tristemente también es verdad que hay creyentes que profesan la fe dentro de iglesias Bíblicas evangélicas, viviendo una vida que hace ver a su fe como una mentira. El hecho de que Dios nos salvo totalmente como un acto de Gracia de Su parte no significa que podamos vivir haciendo lo que nos plazca. Estamos frente a Él justificados, libres, y sin culpa por la fe en el sacrificio de Cristo, pero también somos ahora parte de Su familia, somos miembros de su sacerdocio real (1 Pedro 2:9). Los creyentes en Cristo deben actuar como tales.

Es muy difícil escribir sobre este tema por muchas razones. Primero, el escritor conoce sus propias fallas, y sabe cuantas veces ha quedado corto a la voluntad de Dios en su vida—ese es un problema diario. Segundo, no necesitamos ninguna lista de leyes externas a la Biblia para echar en prisión a los creyentes y causarles depresión espiritual y crisis de culpabilidad. Muy seguido, la gente que predica, enseña o escribe sobre el tema de comportamiento practico, cae en patrones culturales, prohibiendo actividades que la Biblia deja en el área de juicio propio, y creando un estándar totalmente falso. Los legalismos, adiciones de requerimientos humanos al Evangelio, son asesinos de la Gracia y aterradores del alma. Sin embargo, esto prevalece más el día de hoy para que haya engaños que van en dirección contraria. Muchos hoy en día enseñan estándares de comportamiento que están muy por debajo de los que la Biblia nos exhorta a esforzarnos—lo que la Biblia llama “pecado,” algunos maestros modernos excusan, ignoran, o hasta celebran como algo bueno.

El propósito de este capitulo tiene dos partes. Primero, necesitamos entender el principio de Seguir a Cristo en nuestras Vidas. Segundo, necesitamos entender la Guía Especifica Básica para el comportamiento que se encuentra en la Biblia.

Siguiendo a Cristo en Nuestras Vidas

Por 40 días después de su resurrección, nuestro Señor llevo a cavo muchos ministerios vigorosos entre Sus discípulos. Él apareció a más de 500 de ellos a la vez. En los últimos tres versículos del Evangelio de Mateo, leemos sobre el reto que dio a los de su circulo, los once. Este reto comúnmente se le llama “La Gran Comisión:”

Mateo 28:18-20 Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.

Veamos la frase en el versículo arriba: “haced discípulos” y “enseñándoles que guarden” ¿Son estas las actividades de la iglesia Norteamericana de hoy? ¿Nuestro evangelismo y enseñanza a nuevos creyentes van mas allá de lo superficial y hace estas dos cosas? Nuestras iglesias evangélicas crecen numéricamente; la gente profesa salvación. Esta gente comienza a vivir un estilo de vida “nacido de nuevo” (por lo menos en la superficie) —escuchan música Cristiana, leen libros Cristianos de auto ayuda, y regularmente van a la iglesia. Pero, como dijimos al principio de este libro— ¿donde esta el efecto dramático en nuestra sociedad que la iglesia primitiva produjo? ¿Qué hemos forjado con nuestros esfuerzos en el evangelismo? De acuerdo a nuestro Fundador, el propósito de nuestro evangelismo no es crear nuevos miembros de la iglesia, convencer a la gente que vive algo de Cristianismo, o animarlos a adoptar un estilo de vida superficial. Nuestra meta como iglesia, y como congregaciones individuales y creyentes, es hacer discípulos que aprendan a seguir a Cristo.

Discipulado Básico

¿Que significa ser un discípulo, que sigue a Cristo? Como con muchas otras cosas, necesitamos hablar un poco sobre lo que no significa. Como ya lo mencionamos, ciertamente no significa hacer algunos gestos religiosos y cambiar tu forma externa de vivir un poco. Tampoco significa necesariamente hacer muchos gestos religiosos y cambiar tu forma externa de vivir radicalmente, aunque eso podría ser parte del proceso dependiendo de tu estilo de vida anterior. No significa que tienes que vestir ropa negra y una expresión facial sombría, como un vigilante de la moralidad para que todos lo vean. Seguir a Cristo comienza con un cambio interno de corazón, arrepentimiento, y Fe, la experiencia total que llamamos el Nuevo Nacimiento—continúa creciendo en el discipulado de adentro hacia fuera. La transformación de adentro hacia fuera no ocurre de forma instantánea—no aparece de repente.

El discipulado comienza con “ser añadidos a la iglesia” (Hechos 2:47), e involucrarse en las “cuatro patas” de la iglesia como lo mencionamos anteriormente, en la enseñanza, en el compañerismo, partiendo el pan, y en la oración. Una persona que quiere ser discipulaza alejada de una visible, y funcional congregación de creyentes en Cristo quiere lo imposible. El Discipulado ocurre en la iglesia local. Esto significa que un nuevo creyente debe buscar una congregación que acepta y sigue la Regula Fidei, o Regla de Fe (ver introducción), y que es activa en la enseñanza a nuevos creyentes. Un nuevo creyente no debería escoger una iglesia por su estilo de adoración, aunque una adoración activa y vigorosa es importante. Un nuevo creyente no debería escoger una iglesia solo por su atmósfera amigable, o donde la gente pertenece a su misma clase socioeconómica y grupo étnico. Lo principal que un nuevo creyente debe buscar en una iglesia es que sea fiel a las enseñanzas básicas y ortodoxas de la Biblia, y que tenga un ministerio sólido de enseñanza. Una vez que se ha hecho miembro de una congregación de creyentes, el nuevo Cristiano debe activamente asistir a tantas reuniones de adoración y enseñanza de la iglesia como sea posible. Ciertamente, la escuela Dominical, predicación, y servicios de oración son necesarios. Si hay estudios Bíblicos disponibles, el nuevo discípulo debe buscar uno que ministre sus necesidades de enseñanza y compañerismo. Si hay un programa de discipulado en la congregación local, el nuevo “convertido” debería formar parte de él.

La actitud que el creyente debe tener en el discipulado es muy importante. Necesitamos mantener en mente el hecho de que estamos pasando por un proceso de transformación que involucra a dos cosas—una que vemos y sentimos, y la más importante, la ministración que Dios está haciendo dentro de nosotros en secreto. “Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido—no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia—ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor,” (Filipenses 2:12). Esto demuestra el lado que vemos y sentimos—y parece que estamos haciendo trabajo original. Pero el resto de la oración esta en le versículo 13, “…porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.” La acción importante es lo que no vemos—es el omnipotente, soberano Dios trabajando en nuestras vidas llevando a cavo Su voluntas.

Guia Especifica Basica del Comportamiento

Siempre que tratamos con este tema en la iglesia, nos encontraremos peleando con el síndrome de “no me juzgues.” La gente trata de ignorar o evadir los claros textos de la Biblia y sus aplicaciones en la vida con una discusión al sentirse atacados por la persona que pone en evidencia el problema. No nos engañemos, si estamos en una situación de rebelión habitual y pecado, y profesamos el Cristianismo, “callar al delatador” no elimina el problema. La gente que usa la frase “no me juzgues” da mal uso a mucho de las Escrituras, como en Mateo 7:15, que nos dice como juzgar adecuadamente con la actitud correcta, y esta gente trata de decir que juzgar no es apropiado en ningún caso—“todo esta entre yo y Dios.” Esta es solo una forma de tratar de esconderse detrás de una supuesta tecnicidad. No debemos juzgar en el sentido de condenación de justicia propia, pero como creyentes individuales, tenemos la obligación de confrontar el pecado, con oración, amor y humildad.

Galatas 6:1 Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado.

Santiago 5:19-20 Hermanos, si alguno de entre vosotros se ha extraviado de la verdad, y alguno le hace volver, sepa que el que haga volver al pecador del error de su camino, salvará de muerte un alma, y cubrirá multitud de pecados.

Corporativamente, la verdad es que la iglesia local DEBE juzgar su propia gente cuando esta se encuentra en verdaderos problemas de pecado, o está deshonrando a nuestro Señor y otras congregaciones. En 1 Corintios 5 y 6, Pablo reprende severamente a la iglesia en Corinto porque no hacían nada para juzgar a un creyente que era abiertamente rebelde, y porque estaban trayendo las contiendas entre sus miembros a tribunales seculares. La verdadera perspectiva es que debemos hacer lo que nos dijo Jesús en Juan 7:24, y “Juzgar con Juicio Justo.” Los que profesan la fe Cristiana no son actores independientes—tenemos una obligación para con nuestro Señor y para otros creyentes, nuestra congregación local, y la iglesia en general para vivir como Cristo desea que vivamos.

Una vez que dejamos atrás el síndrome de “no me juzgues,” tenemos que darnos cuenta que hay muchas instrucciones en la Biblia sobre el comportamiento que los Cristianos debemos tener. Nuestras vidas no deben ser centradas en lo que no hacemos-PERO hay reglas de estilo de vida, cosas que un Cristiano DEBE hacer y cosas que NO debe hacer. En lugar de dar una lista sobre esto, hablaremos acerca de categorías generales que la Escritura nos enseña en esta área, y sobre algunas cosas muy específicas.

Los valores personales de un creyente no son cosas que él o ella deciden—la Biblia nos dice lo que estos deberían ser. La visión Cristiana del mundo del capitulo 1 de este libro es un buen lugar para comenzar—si sabemos porque estamos aquí lo que la Verdad es, entonces estamos en el camino adecuado para una vida obediente. Necesitamos combinar esto con el reconocimiento de la influencia continua del pecado en nuestras vidas y la necesidad de combatirlo con la ayuda de Dios.

Los creyentes en Cristo deben tener Respeto por la Vida Humana, porque Dios es el autor de cada vida, y Él nos dice que no debemos cometer asesinato. Esto pone a los Cristianos creyentes de la Biblia en directa oposición con los que están a favor de la muerte (abortos y eutanasia) que tanto predominan en nuestra sociedad hoy en día. Los Cristianos deben tener Respeto por el Gobierno. Esto aplica a la providencia de Dios en nuestras vidas individuales y al gobierno secular que él ha establecido para gobernar la sociedad. Debemos tener Respeto por la dignidad del ser humano en general y de la gente individual sobre las plantas y animales, sobre las necesidades personales, deseos, y posesiones materiales. Dios creo a la gente para que viviera con Él eternamente—somos creados a imagen y semejanza de Dios. Las personas son más importantes que los animales, y el movimiento de igualar los derechos de los animales con los del ser humano es paganismo total. Esto no quiere decir que la crueldad innecesaria sea aceptable, pero reconoce lo que la Biblia enseña acerca de nuestro domino sobre los animales, los cuales son nuestros y para nuestro beneficio.

Génesis 1:26-28 Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.

Los Cristianos debemos ejercitar la responsabilidad Personal—siempre debemos vivir nuestra vida con voluntad y esfuerzo para trabajar y mantenernos con honestidad.

2 Tesalonisences 3:6 Pero os ordenamos, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que os apartéis de todo hermano que ande desordenadamente, y no según la enseñanza que recibisteis de nosotros

2 Tesalonisences 3:10-12 Porque también cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma. Porque oímos que algunos de entre vosotros andan desordenadamente, no trabajando en nada, sino entremetiéndose en lo ajeno. A los tales mandamos y exhortamos por nuestro Señor Jesucristo, que trabajando sosegadamente, coman su propio pan.


El tema más fuerte hoy en día para los creyentes probablemente sea la Sumisión a las reglas de Dios en cuanto a la sexualidad—específicamente, que la actividad sexual legítima es solamente entre un hombre y una mujer unidos en el matrimonio. Esto reconoce la enseñanza Bíblica de que las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo, el adulterio, sexo antes del matrimonio, incesto y bestialidad son comportamientos inaceptables, y no deberían ser practicados por los creyentes Cristianos. No solamente no debemos practicarlo, tampoco, como un cuerpo, debemos tolerar este tipo de comportamiento en nuestra congregación, tampoco debemos, como congregación aprobarlo en la vida de otros—debemos expresarlo amorosamente, pero no debemos aprobar estilos de vida que van en contra de las leyes de Dios.

1 Corintios 6:9-11 ¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios. Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.


1 Corintios 6:18-20 Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; más el que fornica, contra su propio cuerpo peca. ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.


Romanos 1:25-27 ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén. Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío.


Para guiarnos en nuestro comportamiento, tenemos las porciones de la Ley del Antiguo Testamento y escritos repetidos o re-enfatizados en el Nuevo Testamento, o que son congruentes con el Nuevo Convenio. Por ejemplo, encontramos 9 de los 10 mandamientos repetidos en el Nuevo Testamento—siendo la excepción el día Sábado. Encontramos en la Ley del Antiguo Testamento prohibiciones específicas contra inmoralidad sexual y perversión las cuales son repetidas y aumentadas por Pablo. Encontramos en el Antiguo Testamento prohibiciones específicas contra idolatría y prácticas religiosas paganas, y encontramos una riqueza de consejos prácticos y advertencias en Proverbios y Eclesiastés. Finalmente, tenemos los muchos ejemplos de las Historias narrativas de cómo la gente batallo con el pecado y como encontró esperanza en la ayuda de Dios. Pablo nos dice que estas cosas “ocurrieron como ejemplos.” (1 Corintios 10:6) Para ayudarnos en nuestro diario vivir. En el Nuevo Testamento, tenemos muchos mandamientos (he leído que hay más de 1300 mandamientos en el Nuevo Testamento, pero nunca los conté para verificar). En general, estos mandamientos nos dicen como debemos de vivir en la Iglesia, en la Familia, y en la Sociedad. Nuestro Salvador nos llama y nos invita a seguirlo en nuestras vidas—hagámoslo así.

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