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Where the world comes to study the Bible

4. La Caída del Hombre Gen 3:1–24

Introducción

Si la caída del hombre hubiera ocurrido en nuestros tiempos, uno difícilmente podría medir las consecuencias. Me imaginaría que la Unión Americana de Libertades Civiles inmediatamente prepararía una defensa de Eva y su marido (el orden de los dos no es accidental), Adam, La defensa sería probablemente enfocada sobre las bases de una evicción ilegal. “Y después de todo”, nos sería dicho “que este supuesto pecado fue desarrollado en la privacidad de un jardín, y por el consentimiento de dos adultos.” Y la mayoría de nosotros diría que el crimen (si de hecho hubo alguno) y el castigo eran fuera de toda proporción. ¿Podría realmente Dios ser serio por lo que era el reporte de su demanda? ¿A causa de una simple mordida de “algún fruto prohibido” el hombre y la mujer ahora son expulsados y sufrirán una consecuencia de por vida? Y todavía más que esto, que debido a este solo acto ¿el mundo entero y la humanidad continuarán sufriendo los males que están entre nosotros?

Aquellos que no toman la Biblia seria o literalmente tienen un pequeño problema aquí. Ellos simplemente describen el tercer capítulo de Génesis, como un mito. Para ellos esto es simplemente un relato simbólico que se propone relatar las cosas como tales. Los detalles de la caída no presentan ningún problema, porque no son realidad sino una ficción.

Los evangélicos tienden a consolarse ellos mismos que esto fue hace mucho tiempo en el tiempo muy, muy remoto. Y no tenemos que enfrentar los temas de este pasaje directamente.

Pero varias serias preguntas se levantan en conexión con el relato de la caída del hombre. Por qué por ejemplo debe asumir Adán la primera responsabilidad cuando Eva es el principal personaje en la narrativa. Poniendo las cosas en términos contemporáneos. Por qué Adán tiene la culpa cuando Eva fue la que tuvo toda la conversación.

Es más, debiéramos reflexionar de la severidad de las consecuencias del hombre tomando parte del fruto prohibido a la luz de lo que parece ser un asunto superficial. ¿Por qué esto fue tan malo que trajo así una áspera respuesta de Dios?

La estructura de los primeros capítulos demanda esta descripción de la caída del hombre. En Génesis 1 y 2 leemos de una perfecta creación que recibió la aprobación de Dios como siendo “Todo bueno” (cf. 1:10, 12, 18, 21). En el capítulo 4 encontramos celos y muerte. En los siguientes capítulos la humanidad va de mal en peor. ¿Qué pasó? Génesis 3, responde esta pregunta.

Y así este capítulo es vital porque explica al mundo y a la sociedad tal como la vemos hoy. Esto nos informa de las estrategias de Satán para tentar al hombre. Esto explica porque el Nuevo Testamento restringe a la mujer de asumir los roles de liderazgo en la iglesia. Esto nos reta a nosotros a considerar si nosotros continuamos tan caídos como Adán y Eva.

Este no es un capítulo que sin embargo, lamentaremos haberlo estudiado. Esto dibuja la entrada del pecado en la raza humana y la severidad de las consecuencias de la desobediencia del hombre. Pero más allá de la pecaminosidad del hombre y el castigo que esto demanda, hay una revelación de la gracia de Dios. El busca al pecador y le provee una cubierta para el pecado. El promete un Salvador a través de quien, este trágico evento resultará en triunfo y salvación.

El pecado del Hombre (Génesis 3:1 -7)

La serpiente repentinamente aparece en el verso uno rudamente y sin alguna presentación. Adán, Eva en el jardín, nosotros estamos preparados para encontrarlos allí porque allí es donde han estado. Se dice que la serpiente es una de las criaturas de Dios, por lo tanto nosotros debemos tomar a esta criatura literalmente. Esta fue una serpiente real, una posterior revelación nos dice que la bestia estaba siendo usada por Satán, quien es descrito como dragón y serpiente.(cf. II Corintios 11:3; Apocalipsis 12:9; 20:2).

Mientras nosotros deseamos conocer las respuestas a las preguntas pertenecientes al origen del mal, Moisés no tenía la intención de proveerlas a nosotros aquí. El punto es que desea es que sepamos que según la decisión de Dios nosotros somos pecadores. Perseguir causas más distantes sólo remueve nuestra responsabilidad para el pecado desde nuestro foco de atención.

Notemos especialmente la aproximación que Satán toma aquí. El no viene como un ateo, o como uno que inicialmente retaría de fe de Eva en Dios32. Satán puede manifestarse así mismo como una Madalyn Murray O’Hair, pero más frecuentemente es como un “ángel de luz” (II Corintios 11:14). Satán frecuentemente está detrás del púlpito, sosteniendo una Biblia en su mano.

La expresión interrogativa de Satán es significante. La palabra “con que” (verso 1) es lanzada con sutileza, el efecto que quiere lograr es esto: “Seguramente Dios no podría haber dicho eso, ¿no es así?”. También la palabra Dios “Dios os ha dicho” es interesante. Moisés ha estado usando la expresión “el Señor Dios” Yavhe Elhoim:

“Pero la serpiente era astuta, más astuta que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho” (Génesis 3:1). Pero cuando la serpiente se refería al Señor Dios como simplemente Dios. Esta omisión era indicativo de la rebelde actitud de Satán hacia el Dios Todopoderoso.

La primera aproximación de Satán es para engañar, no para negar, causar dudas, no desobediencia. Satán viene a Eva como alguien que pregunta. El deliberadamente distorsiona el mandato de Dios, en tal manera como que implica: “Si yo estoy equivocado aquí corrígeme, a ver corrígeme si estoy en error”.

Eva no debió haber comenzado nunca esta conversación. Esta fue una completa violación de la cadena de autoridad dada por Dios. El orden de la cadena era Adán, Eva, la criatura. Adán y Eva iban a expresar el gobierno de Dios sobre Su creación (1:26). Eva sin duda hubiera rechazado tal conversación sino fuera por la manera que ésta fue iniciada por Satán.

Si Satán hubiera empezado a retar el gobierno de Dios o la fe de Eva en Dios, su elección hubiera sido fácil. Pero Satán dijo el mandato de Dios de manera incorrecta. El hizo la pregunta como para hacer aparecer que estaba mal informado y necesitaba ser corregido. Pocos de nosotros pueden evitar la tentación de decir a otros que están equivocados. Y así, maravilla de maravillas, Eva había comenzado a caminar el sendero de desobediencia, mientras suponía que estaba defendiendo a Dios ante la serpiente.

¿Has notado que Satán no ha mencionado el árbol de vida ni el árbol del conocimiento del bien y del mal? ¡Que sutil ataque! Su pregunta trajo el árbol prohibido al centro del pensamiento de Eva, pero sin mencionarlo. Ella pensó en todo esto. Por su pregunta Satán no sólo había comprometido a Eva en el diálogo, ella había empezado a desconsiderar las generosas provisiones de Dios y a ponerse a pensar solo en la prohibición. Satán no busca que desconsideremos la gracia de Dios, pero que mostremos insatisfacción sobre sus prohibiciones.

Y esto es lo que imperceptiblemente ha tomado lugar en la mente de Eva. Ella ha revelado su cambio de actitud por varios “lapsus freudianos”, mientras que Dios dijo: “De todo árbol del huerto podrás comer;” Génesis 2:16, Eva dijo: “Del fruto de los árboles del huerto podemos comer” 3:2, Eva omitió “cualquier” o “libremente” palabras que enfatizaban la generosidad de Dios.

Igualmente Eva había distorsionado la impresión de la severidad de Dios en prohibir el fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal. Ella expresó la instrucción de Dios en estas palabras: “No comerás de él, ni le tocaréis, para que no muráis.” Pero Dios había dicho: “…más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.” (2:17)

Exagerando la prohibición al punto que aún tocando el árbol estaba mal. Eva había inconscientemente minimizado el juicio de Dios omitiendo la palabra “ciertamente”, y por faltar en reportar la muerte que vendría en el día de la ofensa. En otras palabras, Eva enfatizó la severidad de Dios, pero subestimó el hecho que el juicio sería ejecutado con seguridad y prontitud.

El primer ataque de Satán fue como el de un indagador de asuntos religiosos, en un esfuerzo de crear dudas acerca de la bondad de Dios y fijar la atención de ella en lo que estaba prohibido como lo opuesto a todo lo que le había sido dado libremente. El segundo ataque es osado y atrevido. Ahora, en lugar de engaño y duda hay una negación, seguido por la difamación del carácter de Dios: “Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis” (Génesis 3:4).

Las palabras de advertencia de Dios no fueron entendidas como la promesa de cierto castigo, sino como las amenazas de una egocéntrica divinidad.

Podemos admirarnos del dogmatismo en la negación de Satán, pero en mi opinión esto fue precisamente lo que debilitó la posición de Eva, ¿cómo podía estar equivocado en algo que era cierto? Muchos todavía, mi amigo, están convencidos del dogmático tono de un profesor que de la veracidad doctrinal de su enseñanza. Dogmatismo no es garantía de exactitud doctrinal.

La fatal declaración está registrada en el versículo 5: “…sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios sabiendo el bien y el mal” (Génesis 3:5).

Muchos han tratado de determinar con precisión que es lo que Satán está ofreciendo en el verso 5: “vuestros ojos serán abiertos”, en otras palabras ellos están viviendo en un estado de no plenitud, en una forma inadecuada. Pero una vez que el fruto es comido, ellos entrarían en un nuevo y alto nivel de existencia: “serían como Dios”33.

Como yo entiendo la aseveración de Satán, la declaración es deliberadamente elusiva y vaga. Esto estimularía la curiosidad de Eva, conocer “el bien y el mal”, puede ser conocer todo34. Pero cómo podría Eva comprender lo específico de la oferta, cuando ella no conocía lo que significaba “el mal”.

Uno de mis amigos dice que las mujeres son por naturaleza más curiosa que los hombres. Yo no sé si esto es así, lo que yo sé es que tengo una curiosidad muy activa también. El misterio de la posibilidad de conocer más y vivir en algún nivel más elevado seguramente invita a la especulación y consideración.

Yo encuentro una ilustración sobre este juego de la curiosidad humana en el libro de Proverbios:

“La mujer insensata es alborotadora; es simple e ignorante. Se sienta en una silla a la puerta de su casa, en los lugares altos de la ciudad, para llamar a los que pasan por el camino, Que van por sus caminos derechos, dice a cualquier simple: Ven acá, a los faltos de cordura dijo: las aguas hurtadas son dulces, y el pan comido en oculto es sabroso. Y no saben que allí están los muertos. Que sus convidados están en lo profundo del Seol.” Proverbios 9:13 -18.

La mujer insensata es ingenua e insensata y no sabe nada. Ella atrae a sus víctimas ofreciéndoles una nueva experiencia y el hecho es que este acto ilícito simplemente agrega a la atracción (vers. 16 -17). Este es el tipo de oferta que Satán hizo a Eva.

Yo creo que Satán lleva a Eva en sus pensamientos, hasta este punto. Su destructiva semilla ha sido plantada. Mientras ella no ha comido aún el fruto, ella ya ha comenzado a caer. Ella ha entrado en un diálogo con Satán y ahora está abrigando pensamientos blasfemos acerca del carácter de Dios. Ella está contemplando seriamente hacer desobediencia. El pecado no es instantáneo, es más bien secuencial (Santiago 1:13 -15), y Eva continúa ese camino.

Nota que el árbol de la vida todavía no ha sido mencionado o considerado. Aquí ante Eva estaban los dos árboles, el árbol de la vida, y el árbol del conocimiento del bien y del mal. Parecía que no había elección entre el uno y el otro. Ella solo vio el fruto prohibido, esto apareció “Bueno para comer y agradable a los ojos” (vers. 6) y todavía en el 2:9, se nos dice que todos éstos árboles tenían éstas características en común. Pero Eva solamente tenía ojos por lo prohibido. Y este árbol ofrecía una misteriosa calidad de vida que atrajo a la mujer.

Satán mintió asegurando que Eva no moriría, el no le dijo a primera impresión en su promesa lo que él árbol ofrecería. Habiendo estudiado al árbol por algún tiempo (me imagino) finalmente determinó que lo beneficios eran grandes, que las consecuencias eran irrazonables y por lo tanto improbables. En ese momento ella cogió la fruta prohibida y la comió.

Uno puede mover la cabeza ante la acción de Eva, pero la real sorpresa es que Adán sin duda alguna sucumbió a la invitación de compartir la desobediencia. Moisés emplea 5 ¾ Génesis 3: (1 - 6 a) versos para describir el engaño y la desobediencia de Eva, pero solo una parte de una oración para registrar la caída de Adán. (Génesis 3:6 b) Por qué. Yo no soy tan dogmático con esta posibilidad como una vez fui, dos palabras de Moisés pueden darnos la respuesta: “con ella” ver. 6.

Es posible que Eva nunca estuvo sola con la serpiente35. Podría ser que Moisés por estas dos palabras “con ella”, nos está informando que adán estuvo durante todo el evento, pero que nunca abrió su boca. Si fuere, escuchando cada palabra y asintiendo con su silencio, no sorprende que él simplemente tomó el fruto y lo comió cuando le fue ofrecido por Eva.

Es algo análogo cuando yo estoy sentado en la sala con mi esposa, cuando el timbre suena, ella se para a contestar y yo sigo sentado viendo mi programa favorito. Yo puedo escuchar a mi esposa hablar con el vendedor de lustradoras y escuchar con atención las supuestas propiedades. Yo no quiero parar de seguir viendo el programa así que permito que la conversación continúe, aún cuando mi esposa está firmando el contrato. Y si ella viniera a decirme “tú tienes que firmar esto también”, esto sería como un shock si yo lo firmo también sin protestar. Es mi propia falta, he dejado a mi esposa hacer la decisión y he escogido seguir con esto.

Si Adán no estuvo presente durante todo el diálogo entre la serpiente y su esposa, uno puede imaginar cómo esto pudo haber pasado. Eva independientemente pudo haber comido del fruto e ido apurada donde su esposo a decirle sobre su experiencia. Imagino que Adán quisiera conocer dos cosas. Primero, si ella se sintió mucho mejor, esto es, si el fruto tuvo algún resultado beneficioso en ella. Segundo, si el fruto tuvo algún efecto negativo en ella. Después de todo, Dios había dicho que ellos morirían ese mismo día. Si ella habría encontrado el fruto placentero y no habría notado ningún efecto negativo, Adán seguramente se hubiera sentido inclinado a seguir el ejemplo de su compañera. ¡Qué trágico error!

Los versos 7 y 8 son particularmente informativos, porque ellos nos instruyen que el pecado tiene sus consecuencias como sus castigos. Dios no había prescrito algún castigo para los pecados de Adán y Eva y las consecuencias están inseparablemente aparejadas con la falta. Las consecuencias del pecado mencionadas aquí son la vergüenza y la separación.

La desnudes que adán y Eva compartían sin sentido de culpa era ahora una fuente de vergüenza. La dulce inocencia fue perdida para siempre. Recuerden no había uno solo en el jardín, eran dos, ellos estaban avergonzados el uno al otro, desnudos. No podían mirarse cara a cara como lo habían hecho antes, ahora también temían de presentarse a Dios. Cuando El vino a tener dulce compañía con ellos, ellos se escondieron atemorizados.

Dios había dicho que ellos morirían el día que comieran el fruto prohibido. Algunos se han preguntado sobre la promesa del juicio. Mientras el proceso de muerte física comenzó el día fatal, ellos no murieron físicamente. Recordemos que la separación de Dios es la muerte espiritual.

“…los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder,” 2 Tesalonicenses 1:9.

Es sorprendente que la muerte espiritual de adán y Eva ocurrió inmediatamente, esto es, no había separación de Dios, y esta separación no fue impuesta por Dios, fue iniciada por el hombre.

Yo debo disentir, que la muerte espiritual de Adán y Eva es la misma como es la de hoy día. Esta es la alienación del hombre de Dios. Y esto es lo que el hombre mismo escoge. Esta es su preferencia. Dios da al hombre el Infierno porque esto es lo que él quiere y lo que él merece.

“Y oí al ángel de las aguas, que decía: Justo eres tú oh Señor, el que eres y el que eras, el Santo, porque has juzgado estas cosas. Por cuanto derramaron la sangre de los santos y de los profetas, también tú les has dado a beber sangre; pues lo merecen.” (Apocalipsis 16:5 -6)

Dios busca, examina y castiga al hombre
(3:8 -21)

La separación de Adán y Eva trajo eso, que es lo que Dios busca unir la brecha. Dios buscó al hombre en el jardín. Mientras la pregunta de Satán fue diseñada para conseguir la caída del hombre, la pregunta de Dios busca conseguir la restauración y la reconciliación. Nota que ninguna pregunta es hecha a la serpiente. No hay intención de restauración para Satán. Su condena está sellada. Nota también el orden de las secuencias aquí. El hombre cae en este orden: serpiente, Eva, Adán. Esta es la cadena de comando opuesta a Dios, mientras Dios es objetado en la cadena de orden (Adán, Eva, serpiente) que El ordena, él sentencia en el orden de la caída (serpiente, Eva, Adán). La caída se debió en parte a la alteración del orden impuesto por Dios.

Primero Dios busca a Adán con la pregunta “¿Dónde está tú?” versículo 9, Adán reticentemente admite su vergüenza y temor probablemente esperando que Dios no lo presionaría sobre el tema. Pero Dios probó más profundamente buscando que admitiese su falta “¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol que yo te mandé no comieras? Versículo 11.

Transfiriendo al menos una parte de la responsabilidad al Creador, Adán declaró: “¿la mujer que me diste por compañera me dio del árbol y yo comí?” versículo 12.

Ambos, Dios y Eva deben compartir la responsabilidad por la caída, según Adán. Su responsabilidad fue mencionada al último y con el menor detalle posible. Y así esto será siempre con los que son culpables. Nosotros siempre encontramos circunstancias que mitigan las faltas.

“Todos los camino del hombre son limpios en su propia opinión; pero Jehová pesa los espíritus.” Proverbios 16:2

Así Eva es interrogada: “¿Qué es lo que has hecho?” (vers. 13). Su respuesta fue un poco diferente (en esencia) que la de su marido: “La serpiente me engañó y comí” (vers. 13)

Esto fue cierto, por supuesto, que la serpiente había engañado a Eva, y ella comió (I Timoteo 2:14). La culpa es de ambos, mientras un débil esfuerzo para excusar o al menos disminuir la responsabilidad humana fue hecha, la culpa había sido claramente establecida.

Yo creo que sí siempre debe ser el caso. Ante el castigo que puede ser impuesto, el culpable debe ser comprobado y confirmado. De otra manera el castigo no tendría su efecto correctivo sobre el culpable. Las sanciones son ahora dadas por Dios, y dadas en el orden de los eventos de la caída.

La serpiente sentenciada (versículos 14 -15)

A la primera a quien se dirige es a la serpiente y su castigo es establecido. La criatura como instrumento de Satán es maldecida y sometida a una existencia de humillación, arrastrándose en el polvo. (versículo 14).

El versículo 15 se dirige a la serpiente detrás de la serpiente, Satán el dragón mortal: “Y fue lanzado el gran dragón, la serpiente antigua que se llama diablo y Satanás; el cual engaña al mundo entero…” Apocalipsis 12:9

Habrá, ante todo una personal enemistad entre Eva y la serpiente: “Y pondré enemistad entre ti y la mujer” Vers. 15. Tal enemistad es fácil de comprender. Pero está oposición se agrandará: “Y entre tu simiente y la simiente suya”. Aquí yo creo que Dios se refiere la batalla a lo largo de los siglos entre el pueblo de Dios y los seguidores del mal. (Juan 8:44 ff.)

Finalmente hay una personal confrontación entre la simiente36 de Eva, el Mesías y Satán: “…ésta te herirá en la cabeza y tú le herirás en el calcañar” (vers. 15).

En esta confrontación la serpiente (Satán) será mortalmente herida mientras que Jesús soportará mucho dolor, pero no una herida fatal.

Cómo esta profecía dibuja muy bellamente la venida del Salvador quien arreglará lo eventos de la caída, esto es lo que Pablo escribió en retrospectiva en Romanos 5:

“No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aún en los que no pecaron a manera de transgresión de Adán, el cual es figura del que había de venir. Pero el don no fue como la transgresión; porque si por la transgresión de aquél uno murieron los muchos, abundaron mucho más para los muchos la gracia y el don de Dios por la gracia de un hombre, Jesucristo. Y con el don no sucede como en el caso de aquél uno que pecó; porque ciertamente el juicio vino a causa de un solo pecado para condenación, pero el don vino a causa de muchas transgresiones para justificación. Pues si por la transgresión de uno solo reino la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia”. (Romanos 5:14 -17).

Mientras las profecía de Génesis 5:17 es algo velado, esto se vuelve más y más evidente a la luz de la revelación subsiguiente, esto viene como un algo un poco sorpresivo, luego al saber, que los judíos de acuerdo al Targún consideraban este pasaje como Mesiánico37.

El castigo de la mujer (Versículo 16)

Esto se adecúa que desde que Satán atacó a la humanidad a través de la mujer, que Dios traería salvación de los hombres y la destrucción de Satán a través de ella. Esto ha sido realmente revelado a Satán en el versículo 15. Cada niño nacido a la mujer le debe haber creado problemas a Satán.

Mientras que la salvación vendría a través del nacimiento de un niño, esto no sería un doloroso proceso. La sentencia de la mujer viene al centro de su existencia, esto trata con la concepción de los hijos, pero en medio de su parto doloroso, ella conocería que el propósito de Dios estaba siendo realizado, y que tal vez el Mesías vendría a través de ella.

En adición a sus dolores de parto, la relación de ella con su esposo fue prescrita. Adán debería dirigir a la mujer y Eva debería seguirlo. Pero ese no fu el caso en la caída, desde esta oportunidad la mujer debía ser gobernada por el hombre: “tu deseo será para tu marido, y el se enseñoreará de ti.” (Vers. 16)

Varias cosas deben ser dichas concernientes a esta maldición, primero, que es para todas las mujeres, no solo para Eva, así como todas las mujeres deben compartir el dolor del parto, ellas deben estar sujetas a la autoridad de sus maridos. Esto de ninguna manera implica alguna inferioridad por parte de la mujer. Ni justifica la restricción de los derechos civiles, el derecho al mismo salario y otros derechos.

Aquellos que rechazan someterse a la enseñanza bíblica concerniente al rol de la mujer en la iglesia – que las mujeres no deben dirigir ni enseñar a los hombres y aún no deben hablar públicamente. (I Corintios 14:33–36; I Timoteo 2:9 -15) – permítanme decir esto. El rol de la mujer en la iglesia y en el matrimonio no está restringido no debe ser visto solamente relacionado al contexto inmoral de Corinto. Es una doctrina bíblica que tiene su origen en el tercer capítulo de Génesis. Es por eso que Pablo lo escribió.

“vuestras mujeres callen en las congregaciones, porque no les es permitido hablar, sino que estén sujetas también como la ley lo dice” (I Corintios 14:34)

A aquellos hombres y mujeres que desean desconsiderar la instrucción de Dios, le debo decir, que esto es precisamente lo que Satán desea. Así como el dirigió la atención de Eva sobre solamente un árbol. Así también quiere que la mujer cuestione la restricción puesta sobre la mujeres hoy en día: “sácate tus cadenas” él apura, “Busca tu autorealización”; “Dios te está apartando de lo que es mejor” él diablo susurra, y es una mentira. Las leyes de Dios tienen sus razones, así las entendamos o no.

Para los hombres yo me apuro agregar que este versículo (y la bíblica enseñanza del rol de la mujer) no es texto para demostrar la pretendida superioridad o algún tipo de dictadura en el matrimonio. Tenemos que gobernar en amor. Nuestro liderazgo debe ser nuestro sacrificio personal buscando lo mejor para nuestra esposa (Efesios 5:25) nuestro liderazgo debe imitar al de nuestro Señor (Filipenses 2:1 -8).

El castigo del hombre (versículos 17 -20)

Así como el castigo de Eva golpeó al centro de su vida, tal fue el caso con Adán, el había sido puesto en el Edén, ahora el tiene que ganarse la vida desde la tierra “con el sudor de frente” (vers. 17 -19).

Notarás que mientras la serpiente es maldecida, esta es la base sobre la que la tierra es maldecida aquí, y no desde Adán o Eva. Dios maldijo a Satán porque Dios no quiso redimirlo o rehabilitarlo. Pero el propósito de salvar al hombre ha sido revelado (vers. 15).

Adán no solamente trabajará duro la tierra para vivir, el finalmente volverá al polvo. La muerte espiritual ya ha ocurrido (vers. 7 -8). La muerte física ha comenzado. Aparte de la vida que Dios da, el hombre simplemente (aunque lentamente) retorna a su original estado-polvo. (vers. 2, 7).

La respuesta de Adán al castigo de Dios y la promesa es revelado en el verso 20: “Y llamó Adán el nombre de su mujer, Eva, por cuanto ella era madre de todos los vivientes”.

Yo creo que esto evidenciada la fe de Adán. El aceptó su culpa y castigo, pero enfocó que a través de un descendiente de la mujer, la promesa de Dios vendría. La salvación de Eva (¡y la nuestra también!). Vendría a través de su sumisión a su marido y a través de dar a luz hijos. El nombre que llamó Adán a Eva significa “vida”, mostraba que la vida vendría a través de Eva.

Dios no es solo un Dios de castigos, pero también de provisión de gracia. Así, el hizo para Adán y su esposa ropa desde las piel de animales para cubrir sus desnudeces. Creer que es una velada profecía de redención a través del derramamiento de sangre, es en mi opinión un abuso sobre este verso.

Una Severa Misericordia

La promesa de Satán se había cumplido en una manera no esperada. Adán y Eva, en un sentido fueron como Dios, conociendo el bien y el mal, (vers. 22) pero hay una gran diferencia también como hay alguna similitud. Ambos Dios y el hombre conocían el bien y el mal pero en una manera totalmente diferente. Tal vez la manera en que puede ser mejor ilustrada. Un médico puede conocer el cáncer por virtud de su educación y experiencia como doctor. Esto es, él ha leído acerca del cáncer, y visto esto en sus pacientes. Un paciente también puede conocer el cáncer, pero como víctima. Mientras los dos conocen el cáncer, el paciente no hubiera deseado nunca oír de esto, tal el tipo de conocimiento que Adán y Eva llegaron a tener.

Dios había prometido que a salvación vendría a través del nacimiento del Mesías, quien destruiría a Satán. Adán y Eva pudieron ser tentados de ganar la vida eterna a través de comer del árbol de la vida. Ellos había escogido conocimiento sobre la vida. Ahora como los israelitas también después poseer Canaán (Números 14:39 -45), así el hombre caído intenta ganar la vida a través del árbol del conocimiento el Edén.

Parecía que si Adán y Eva hubieran comido del árbol de la vida hubieran vivido por siempre (vers. 22) esta es la razón por la que Dios los mandó fuera del Edén, (vers. 23) en el versículo 24 el retiro es más dramáticamente llamado “expulsión”, “echados”. Estacionado a la entrada quedó un querubín con su espada de fuego.

“Qué cruel y severo” algunos serían tentados a protestar. En la jerga legal de hoy día esto sería probablemente llamado “cruel e inusual castigo”. Pero piensa brevemente, antes de hablar rudamente. Qué hubiera pasado si Dios no hubiera expulsado a la pareja del Edén y prohibido su retorno, yo puedo contestar esto en una sola palabra: el infierno. El infierno es dado al hombre porque el quiere y porque el merece. (Apocalipsis 16:6) para siempre. El infierno es pasar la eternidad sin Dios.

“Los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder.” II Tesalonicenses 1:9.

Dios fue lleno de gracia y misericordia es sacar a Adán y Eva fuera de Edén. El los libró del castigo eterno. Su salvación vendría en algún momento, no de manera fácil, pero vendría a través del dolor. Ellos debía confiar que Dios cumpliría esto.

Conclusión

Yo no puedo dejar de pensar las palabras de Pablo cuando leo este capítulo: “mira pues la bondad y la severidad de Dios” Romanos 11:22.

Hay pecado y por lo tanto hay juicio, pero el capítulo esta interconectado, entretejido con la gracia. Dios buscó a los pecadores. El sentenció a ellos también pero con una promesa de salvación a venir. Y librándolos a ellos del infierno sobre la tierra, el provee para ellos una cubierta para el tiempo y una completa redención en el tiempo. ¡Qué Salvador!

Antes que enfoquemos nuestra atención sobre la aplicación de este capítulo a nuestras vidas, considera por un momento lo que este pasaje significaría para la gente en los días de Moisés. Ellos habían sido realmente liberados de Egipto y habían recibido la ley, ellos ahora habían entrado en la tierra prometida.

El propósito de los libros de Moisés (que incluye Génesis) es dado en Deuteronomio 31:

“Y cuando acabó Moisés de escribir las palabras de esta ley en un libro hasta concluirse, dio órdenes Moisés a los levitas que llevaban el arca del pacto de Jehová diciendo:

Tomad este libro de la ley, y ponedlo al lado del arca del pacto de Jehová vuestro Dios, y esté allí por testigo contra ti. Porque yo conozco tu rebelión, y tu dura cerviz, he aquí que aún viviendo yo con vosotros hoy, sois rebeldes a Jehová. ¿cuánto después que yo haya muerto? Congregad a mí todos los ancianos de vuestras tribus, y a vuestros oficiales y hablaré a sus oídos estas palabras, y llamaré por testigos contra ellos a los cielos y la tierra. Porque yo sé que después de mi muerte, ciertamente os corromperéis y os apartaréis del camino que os he mandado; y que os ha de venir mal en los postreros días, por haber hecho mal ante los ojos de Jehová, enojándole con la obra de vuestras manos.” Deuteronomio 31:24 - 29.

En muchos aspectos Edén fue un tipo de tierra prometida y Canaán fue el antitipo. Canaán, como el Paraíso fue un lugar de belleza y plenitud, “ una tierra que fluye leche y miel” (Deuteronomio 31:20) Israel experimentaría bendición y prosperidad, mientras ellos fueran obedientes a la palabra de Dios (Deuteronomio 28:1–14). Si la ley de Dios fuera puesta a un lado ellos experimentarían dureza, derrota, pobreza y serían expulsados de la tierra (Deuteronomio 28:15 - 68). En efecto Canaán fue una oportunidad para que Israel experimentara, a un grado limitado las bendiciones del Edén. Aquí como en el Edén, el pueblo de Dios fue enfrentado con una decisión a hacer:

“Mira, yo he puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el mal” Deuteronomio (30:15).

Génesis 3 está lejos de ser académico o simple historia. Esta fue una palabra de advertencia. Lo que pasó en el Edén ocurriría otra vez en Canaán, (Deuteronomio 31:16 ff.) Ellos serían tentados a desobedecer, justo como hicieron Adán y Eva. Una seria consideración de este capítulo y sus implicaciones fueron esenciales para el futuro de Israel.

Este capítulo es también distintivamente profético, porque Israel desobedeció y escogió el camino de la muerte, igual como la primera pareja en el Edén, como ellos fueron también expulsados del Paraíso. Pero hay una esperanza también, porque Dios ha prometido un Redentor, quien sería nacido de una mujer (Génesis 3:15). Dios castigaría a Israel y lo traería de regreso a la tierra (Deuteronomio 30:1ff.) Aun cuando Israel no sería fiel a su Dios. Ella debía mirar al Mesías de Génesis 3:15, de traer a Israel a una final y permanente restauración. La historia de Israel está por lo tanto resumida en Génesis 3.

Para nosotros hay muchas aplicaciones. No debemos ser ignorantes de los mecanismos de Satán (II Corintios 2:11). La manera de su tentación es repetida en el testimonio de nuestro Señor en el desierto (Mateo 4:1–11; Lucas 4:1–12) y así el continuará tentándonos hoy día.

Génesis 3 es vital a los cristianos hoy día porque explica las cosas como son. Nuestro mundo es una mezcla de belleza y bestialidad, de amabilidad y de lo que es feo. La belleza que permanece es evidencia de la bondad y grandeza de Dios que creó todas las cosas (Romanos 1:18ff). La fealdad es evidencia de la pecaminosidad del hombre (Romanos 8:18 -25)

De lo que puedo decir, el presente estado de la creación fue uno de los cruciales motivos para el desplazamiento de Darwin desde la ortodoxia, hacia la duda y finalmente la negación. El no vio el orden de la creación y se dijo: “ Oh, esto debe haber ocurrido por casualidad”, en vez el vio la crueldad y la fealdad y concluyó, “cómo un poderoso y amante Dios puede ser responsable para todo esto”. La respuesta por supuesto es encontrada en el texto de Génesis 3: el pecado del hombre ha cambiado la creación de dentro y de fuera.

La única solución es que Dios haga algo para traer la redención y restauración. Esto ha sido logrado en Jesús Cristo, las penalidades del pecado han sido llevadas por él. Las consecuencias del pecado de Adán no es necesario que nos destruyan a nosotros. La elección que nos confronta es ésta: deseamos ser unidos con el primer Adán o con el último. En el primer Adán somos constituidos pecadores y sujetos a muerte física y espiritual. En el último Adán nos convertimos en nuevas criaturas, con vida eterna (física y espiritual). Dios no ha puesto dos árboles delante de nosotros, pero sí a dos hombres: Adán y Cristo. Debemos decidir con quien nos identificamos. En uno de ellos descansa nuestro futuro eterno.

Hay mucho qué aprender acerca del pecado. Esencialmente el pecado es desobediencia. Nota que el pecado inicial no parece muy serio. Puede ser imaginado como una cosa trivial. La seriedad del pecado puede ser visto en dos significativas formas, que son claras desde nuestro texto.

El pecado es serio a causa de sus raíces. Comer del árbol prohibido no fue la esencia del pecado, simplemente fue su expresión. No es la fuente del pecado pero su símbolo. Tomar parte de ese fruto es igual a compartir de los elementos, el pan y el vino, de la mesa del Señor, esto es, un acto que expresa algo más profundo. Así el pecado de Adán y Eva fue rebelión, incredulidad e ingratitud. Este acto fue una deliberada elección a desobedecer una clara instrucción de Dios. Esto rechazaba a aceptar con gratitud las buenas cosas como dadas por Dios, y la prohibición dada para nuestro bien también. Lo peor de todo, ellos vieron a Dios, como si vieran al mal, miserable y amenazado, como Satán lo había presentado a El.

Segundo, el pecado es serio a causa de sus frutos. Adán y Eva no experimentaron una forma superior de existencia, solo vergüenza y culpa. Esto no proveyó a ellos con algo más que disfrutar, pero dañó lo que ellos habían previamente experimentado sin vergüenza. Peor todavía, esto trajo la caída de la raza entera. Los comienzos de los efectos de la caída son vistos en el resto de la Biblia, nosotros vemos los resultados de ese pecado hoy, en nuestras vidas y en la sociedad. El resultado del pecado es juicio. El juicio es ambos presente y futuro (Romanos 1:26 -27).

Déjame decirte mi amigo, que Satán siempre enfatiza los placeres presentes del pecado, mientras trata de alejar de nuestras mentes las consecuencias. Son como las carreras de la Feria del Estado, la carrera es corta, pero el precio es alto, increíblemente alto.

Pero no nos concentremos sobre el pecado de Adán y Eva. No debiéramos sorprendernos de aprender que las tentaciones son las mismas para el hombre hoy día como en el Edén. Y los pecados son los mismos también.

Madison Avenue ha asumido la causa del maligno. Propagandas nos apuran a olvidar de las muchas bendiciones que tenemos y concentrarnos en lo que no poseemos. Ellos sugieren que la vida no puede ser completa si algún producto, por ejemplo se nos dice: “Coca Cola aumenta la vida”, esto no es así, solamente produce caries a tus dientes. Y somos presionados a no tomar en cuenta el costo de las consecuencias de satisfacernos a nosotros mismos, con alguna cosa más que necesitamos. Podemos “cargar todo esto a nuestra Master Card”.

Sospecho que hay alguna sonrisa en tu cara, pensarás que me estoy saliendo del tema. Considera lo que el apóstol Pablo nos dice acerca de las verdades del Antiguo Testamento a nuestra propia experiencia:

“Porque no quiero hermanos, que ignoréis que nuestros padres todos estuvieron bajo la nube, y todos pasaron el mar; y todos en Moisés fueron bautizados en la nube y en el mar, y todos comieron del mismo alimento espiritual, y todos bebieron la misma bebida espiritual, porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo. Pero de los demás de ellos no se agradó Dios; por lo cual quedaron postrados en el desierto. Mas estas cosas sucedieron como ejemplos para nosotros, para que no codiciemos cosas malas, como ellos codiciaron” (I Corintios 10:1–6)

Lo que quitó a Adán y Eva de una bendición eterna fue el deseo de tener placer al costo de la incredulidad y desobediencia. Tal, Pablo escribe, fue el caso con Israel (I Corintios 1 -5). Las mismas tentaciones enfrentamos nosotros, pero Dios nos ha dado suficientes medio para obtener la victoria. ¿Cuáles son esos medios?

1. Debemos entender que algunas privaciones (haciéndolas sin prohibiciones) vienen de la mano de un buen y amoroso Dios.

“No quitará el bien de los que andan en integridad” (Salmo 84:11)

2. Debemos entender que las privaciones son una prueba de nuestra fe y obediencia.

“Y te acordarás de todo el camino por donde te ha traído Jehová tu Dios estos cuarenta años en el desierto, para afligirte, para probarte, para saber lo que había en tu corazón, si habías de guardar o no sus mandamientos. Y te afligió y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus padres la habían conocido, para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, más de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre. Tu vestido nunca se envejeció sobre ti, ni el pie se te ha hinchado en estos cuarenta años. Reconoce asimismo en tu corazón, que como castiga el hombre a su hijo, así Jehová tu Dios te castiga.” (Deuteronomio 8:1 -5)

Haciendo esto, Dios no nos está retirando la bendición, si no nos está preparando para recibir éstas.

“Por la fe, Moisés, hecho ya grande rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón, escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado, teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía la mirada puesta en el galardón.” (Hebreos 11:23–26; Deuteronomio 8:6ff)

3. cuando somos privados de aquellas cosas que nosotros queremos, debemos tener cuidado en no meditar sobre lo que nos está siendo denegado, sino recordar lo que nos está siendo dado en manera generosa y por Quién.

Luego nosotros debemos hacer lo que sabemos es la voluntad de Dios.

“…sino que los destruirás completamente: al heteo, al amorreo, al cananeo, al ferezeo, al heveo y al jebuseo, como Jehová tu Dios te ha mandado. Para que no os enseñen a hacer todas esas abominaciones que ellos han hecho para sus dioses, y pequéis contra Jehová vuestro Dios.” (Deuteronomio 20:18–19)

“Por nada estéis afanosos, sino que sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en cristo Jesús. Por lo demás hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo justo, todo lo honesto, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es d buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. Lo que aprendisteis, y recibisteis y oísteis y visteis en mi, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros” (Filipenses 4:6–9)

Casi a diario nos encontramos repitiendo los pecados de Adán. Siempre estamos enfatizando lo que tenemos prohibido. Empezamos a desconfiar de la bondad de Dios y de su gracia para nosotros. Nos preocupamos de cosas que no son tan importantes. Y frecuentemente en acciones cargadas de incredulidad tomamos las cosas en nuestras propias manos, conforme a nuestros propios criterios.

Muchas veces yo encuentro a cristianos livianamente contemplando el pecado, aún sabiendo que esto está mal, y conociendo que habrá consecuencias. Pero tontamente suponiendo que sus placeres como pecado son más grandes que sus consecuencias. ¡Qué equivocados! Ese fue el error de Adán y Eva.

Pueda Dios capacitarnos a alabarle por aquellas cosas que Él prohíbe y confiar en El por aquellas cosas que realmente necesitamos y que el promete proveer.


32 Me gusta la manera cómo Helmut Thielicke pone esto:

“El comienzo de este diálogo es completamente piadoso, y la serpiente se presenta asimisma como completamente seria y religiosa. Ella no dice. “Yo soy un monstruo ateo y ahora estoy yendo a tomar el paraíso, tu inocencia y lealtad y ponerlo todo al revés”. Al contrario ella dice: “Chicos, ahora vamos a hablar de religión, vamos a discutir sobre las últimas cosas”. How the World Began, (Philadelphia: Fortress Press, 1961) p. 124.

33 Algunos destacan que Dios, (“como Dios”), en el verso 5, es el nombre Elohim, que es plural, sugieren que debiera traducirse: “ustedes serán como dioses”. Tal posibilidad gramaticalmente posible, no parece digna de consideración. El mismo nombre (Elohim) es encontrado en la primera parte del verso 5 donde es referido a Dios.

34 Hasta donde concierne el conocimiento del bien y del mal, uno debe recordar que el hebreo yd’ (“conocer”) nunca significa solamente conocimiento intelectual, tiene un sentido más amplio “experimentar” “hacer que algo sea dominado”, aún una “habilidad”. Conocer en el mundo antiguo es siempre “ser capaz también” (Wellhausen). Y segundo el “bien y el mal” no puede ser limitado solamente al reino moral “hablar ni el bien ni el mal”, significa no decir nada. Génesis 31:24, 29; 2 Samuel 13:22), Hacer ni el bien ni el mal, significa, no hacer nada. (Sofonías 1:12); saber ni el bien ni el mal, (dicho de los muchachos o de los viejos) significa no entender nada o nada más. (Deuteronomio 1:39; 2 Samuel 19:35). “el bien y el mal” es por lo tanto una forma de decir segúnr nuestro generalizado “todo”, y aquí uno lo puede tomar en este significado mientras sea posible. Gerhard Von Rad: Genesis, (Philadelphia: Westminster Press, 1961), pp. 86 – 87.

35 Ella tomó parte del fruto, lo da a su marido y el come también. Uno puede preguntar: ¿Dónde estaba Adán todo ese tiempo? La Biblia no nos dice, yo asumo que estaba presente allí porque ella le dio el fruto a él: “su esposo estaba con ella. Más no podemos decir por la simple razón que la Biblia no dice más.” E.J. Young (Carlysle, Pennsylvania: The Banner of Thruth Trust, 1976), p 102.

36 La palabra simiente (zera) puede ser usada tanto colectivamente como individualmente (Génesis 4:25, I Samuel 1:11; II Samuel 7:12) Aquí en Génesis 3:15, yo creo, ésta es usada en los dos sentidos. Kidner establece: “lo último como la semilla de Abraham es ambos, colectivo (Romanos 16:20) y en la lucha crucial, individual (Gálatas 3:16), desde que Jesús como el último Adán resume a la humanidad en El mismo.” Derek Kidner Genesis (Chicago, Intervarsity, 1967) p. 71.

37 H C Leupold, Exposition of Genesis, (Grand Rapids; Baker House, 1942), I, p. 170.

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