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Excursus 4: Servir Unos a Otros en el Conflicto

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Traducido al español por: Kerry-Ann Chambers

Imagínese esto. La ciudad está rodeada de soldados enemigos. El rey joven y sus oficiales dentro de los muros de la ciudad, rehúsan tercamente el salir la ciudad, diciendo: “No dejaremos nuestra ciudad especial.” Una voz, sin embargo, les siguió dando las noticias verdaderas. “No ganarán. Dios ha dado esta gran ciudad a Nabucodonosor. El pueblo morirá de enfermedad y hambruna. La ciudad será quemada. Sus familias serán destruidas a menos que se rindan.” El rey es Sedequías, y la voz solitaria de Dios, es el profeta Jeremías. El resto de la historia está en Jeremías 38:14-28. La respuesta de Sedequías no fue aceptar la misericordia y gracia de Dios, a través de obediencia y hacer las cosas a la manera de Dios. En cambio, Sedequías eligió protegerse a sí mismo y escuchar a sus compañeros, ignorar el conflicto y esperar que las cosas cambien. Pero no fue así. Toda la familia de Sedequías fue asesinada; él fue cegado y encadenado.

Conflicto es Normal

Conflicto. La palabra tiene un tono desagradable. Pero, ya que somos seres humanos y el pecado aún habita en nosotros, ya que vivimos en un mundo caído, el conflicto es parte de nuestras vidas a diario. El problema no es si tenemos conflictos o no. Para los creyentes, lo que hacemos cuando enfrentamos un conflicto es el asunto.

Teniendo enemigos citiando los muros de su ciudad es una presión externa. En las escrituras, Pablo se refirió a estas presiones externas que nos afectan individualmente y a nuestra iglesia – persecuciones, enemigos, maestros falsos, y las autoridades Romanas. Él contempló estas presiones. Permanece firme en un espíritu. No tengáis miedo. Pero, aquellas presiones externas a menudo causan fricciones internas. Usted sabe que esa presión de su esposo por su trabajo afectará su relación de pareja. Pronto, ustedes tendrán su propio conflicto interpersonal. Esto es lo que parece estar sucediendo en Filipos.

En nuestro estudio previo de Filipenses 2:1-11, vimos a Jesús, totalmente Dios y hombre, como el más grande siervo y nuestro ejemplo de servicio. Estamos para servir a Jesús a través del servicio que hacemos unos a otros, tal como Él lo hizo. Yo compartí cuatro aspectos con ustedes sobre un siervo gozoso:

  • Pensar en otros antes que en usted misma.
  • Servir con todo el corazón.
  • Servir sacrificadamente y sin quejas.
  • Glorificar a Dios como representantes andantes del Dios invisible.

Servimos a Jesús juntos, y nos servimos unos a otros individualmente. Parte de servir a Jesús a través del servicio hacia otros es resolver conflictos interpersonales en el Cuerpo. El conflicto hiere Su cuerpo y minimiza la efectividad de la iglesia para avanzar el evangelio. Es difícil predicar a Cristo y hacer discípulos cuando gastamos energía en conflictos internos. ¿Cierto? Conflicto interpersonal puede tomar lugar de muchas formas desde simple choques de comportamiento (el hecho que dos damas no se lleven bien) hasta desafío abierto entre personas. Sin importar la forma, un conflicto presenta una oportunidad para crecimiento. De hecho, algunas personas no prestan atención a sus necesidades de crecimiento en un área de sus vidas cuando ocurre un conflicto.

Resolviendo Conflictos Interpersonales a la Manera de Dios

En el pasaje del día de hoy, Filipenses 4:3-4, no sabemos nada sobre estas mujeres. Quizá eran dos de las mujeres en el río cuando recibieron por primera vez el evangelio a través de Pablo. Quizá era diaconisas en la iglesia. Pablo las llama compañeras del evangelio. Ellas no eran insignificantes o causadoras de problemas. Ellas eran trabajadoras en dar al conocer el evangelio en Filipos. Probablemente, eran mujeres maduras, conocidas por los recipientes de esta epístola. Para los propósitos de nuestros días, las llamaremos Elizabeth y Cindy.

No conocemos cuál era el conflicto. Un comentario apuntaba: “Ha podido ser una fricción incidental entre dos mujeres cristianas energéticas.” Quizá, ellas se turnaban el tener la iglesia en sus casas. Elizabeth pudo haber criticado lo que hizo Cindy cuando fue la anfitriona. No había suficiente comida. Las sillas estaban muy cerca unas de otras. Quizá Cindy se atrevió a disciplinar al niño de Elizabeth. Esto es suficiente. Lo que haya pasado afectó a la unidad de la congregación. Y esto se trajo a la atención de Pablo. Esto había herido al cuerpo filipense. Aparentemente, medios inefectivos habían sido usados para parar el sangramiento. Pablo habla directamente a esta situación en su carta, y de su consejo sabio, podemos extraer tres principios concernientes a la resolución de conflicto.

Los Principios

Principio #1: “En el Señor “

La iglesia es un organismo vivo, no una organización. Un organismo compuesto de partes individuales. Así como nuestros cuerpos humanos responden inmediatamente para reparar una herida, bien sea ésta menor o mayor, así debe hacerlo el cuerpo de Cristo. Supongamos que usted se corta un dedo. ¿Qué ocurre? El cuerpo hace todo lo posible para comenzar el proceso de sanación. Las células más cercanas empiezan a trabajar en la coagulación, cierran la herida con una costra y luchan contra gérmenes invasores. Es la responsabilidad de las células más cercanas a la herida, el llegar allí primero y parar el sangramiento. Entonces, otras vienen a ayudar a reparar el daño y a hacer el cuerpo más fuerte. Así también debe hacerlo el cuerpo de Cristo. Las células dentro de nuestro cuerpo físico saben lo que deben hacer. los miembros del cuerpo de Cristo no siempre saben qué hacer. pero, la Palabra nos da dirección y guía para que seamos obediente.

No busco oportunidades para resolver conflictos. La mayoría del tiempo, mi respuesta es ignorar las semillas del conflicto, esperando que, al ignorarlas, la tensión se calme o simplemente desaparezca. Yo quiero que todos sean parte del equipo y se lleven bien como tal. Otra de mis excusas: no pienso rápido cuando estoy de pie. Así que, ¿cómo puede el Señor usarme para manejar alguna crisis entre dos personas, cuando yo no puedo pensar correctamente? Actualmente, Él no quiere que yo maneje ninguna situación. Él quiere que yo le permita a Él hacer Su obra a través de mí. Yo tengo que ser débil, para que Él sea fuerte a través de mí. Él quiere mi obediencia. Las células en el codo deben estar listas para reparar una herida, así como las células en mis dedos o en el corazón. Listas para funcionar de la forma que fueron diseñadas, dependiendo del flujo de vida sanguíneo para traer los ingredientes necesarios para sanar la herida. El propósito de la acción esa promover sanidad.

Principio #2: Estén de acuerdo unos con otros (o, viva en armonía).

Este es un principio de uno-a-uno. En tanto que usted reconoce que está en un conflicto con una hermana, entonces usted es responsable de hacer algo. Esté de acuerdo de trabajar en ello. Esto es obediencia. Abandone su derecho a estar en lo correcto. Esto es humildad. La razón es por el bien de la relación y de la iglesia. Este es otro aspecto de servirnos unos a otros tal como lo hizo Jesús.

Hablando de Jesús, ¿Qué enseñó sobre este punto?

  • Mateo 5:23-24 — Usted sabe que su hermana tiene un conflicto con usted; usted la ha ofendido, vaya y reconcíliese con ella.
  • Mateo 18:15-17 — Una hermana le ha ofendido, vaya y hable con ella solamente. Si ella le escucha, ustedes se estarán reconciliadas.

Pablo nos da más información sobre cómo lograr reconciliación.

  • Efesios 4:15-16 — hable la verdad en amor para la edificación y crecimiento de la iglesia, por amor a esa hermana y a la iglesia. Esta es su motivación.
  • Efesios 4:32 — actitud del corazón.

¿Notó usted el énfasis de Jesús en confidencialidad y confianza? Primero, vaya sola. Vaya directamente a la persona con la cual usted tiene el conflicto. Luego, unos pocos individuos selectos; luego las autoridades sobre esa persona. Nótese, Jesús no dijo que se debía hablar sobre este asunto a cualquiera que escuche. Algunas veces usted puede buscar consejo de una amiga de confianza en cuanto cómo proceder. Sin embargo, es fácil cruzar la línea de quejas y chismes. Yo llamo a esto compartir información sensible en lugares inapropiados. Es sensible porque cualquier cosa negativa que se diga sobre una persona o ministerio planta semillas de duda en la mente de la otra dama sobre esa persona o ministerio en su totalidad. Esto no es beneficioso para el Cuerpo. Alguien siempre sale herido. Es un lugar inapropiado cuando esa persona a la que usted le comenta la situación no tiene autoridad para hacer algo sobre la situación.

En caso de un ministerio, acérquese a la persona que está involucrada el proceso de toma de decisiones de ese ministerio. Hay posibilidades que esa persona está en pleno conocimiento del reto. Su solución puede que ya se haya probado. O, el tiempo puede que no sea el correcto. En cualquier caso, la parte más difícil es dejarla allí, ¿no es cierto? Confianza. Esto es lo que está involucrado cuando se es humilde. Servir a Jesús a través del servicio de los unos a los otros en amor, no hiriéndonos unos a otros o al Cuerpo como un todo.

Principio #3: Ayúdeles— Intervención.

Pablo urge a otros alrededor de las dos mujeres a venir en su ayuda. Esta es nuestra responsabilidad. ¿Por qué? Un cuerpo trabaja para repararse a sí mismo para que pueda funcionar efectivamente. ¿Qué hace usted cuando dos de sus amigas se tratan mal la una a la otra? Para nuestros propósitos, vamos a hablar de dos etapas del conflicto: 1) Cuando se está desarrollando y, 2) Situacional.

Desarrollo significa que, en un período de tiempo, la relación entre las dos mujeres ha creado gradualmente más fricción. Sus amigos pueden reconocer claves sobre lo que está pasando, y alguien a quien le importa hablar la verdad en amor para ambas partes, esperando que reviente una explosión, quizá hace una llamada telefónica o una conversación a la hora del almuerzo. Idealmente, esta es la etapa más fructífera para ayudar a estas dos mujeres a reconciliarse. Es como un papel que corta, pero sana rápidamente.

El ignorar estas oportunidades usualmente trae una situación de crisis emocional. Esto es llamado conflicto situational. Lo que se acumula ahora sale por motivo de una mala palabra, una mirada, o un cambio repentino de planes. Una crisis existe. Algo tiene que hacerse para ayudarles inmediatamente. Mujeres en crisis tienen rápidamente una pérdida de perspectiva; ellas se sienten que todo se ha vuelto patas arriba. Es por esto que presenta una gran oportunidad para crecimiento personal. Pero, ellas necesitan una tercera parte imparcial, que las ame a ambas, para interceder y ayudarles a hablar sobre el conflicto. Esta es lo que se llama una Intervención en Crisis.

Muy bien, ¿cuándo interviene usted?

  1. Cuando las dos mujeres no han sido capaces de resolver sus diferencias por sí mismas. Jesús dijo: “Usted es responsable de ir al que le ha ofendido, o al que usted ha ofendido y debe reconciliarse.” Si eso no se ha hecho, sugiéralo. Si ya se ha hecho, pero no ha servido, entonces se necesita ayuda de afuera.
  2. Cuando el conflicto pone en peligro la seguridad o el bienestar de la iglesia. Usted puede darles una perspectiva y ayudarles a ver el bien mayor. Eso fue lo que Pablo hizo.
  3. Cuando hay una explosión emocional, ayude inmediatamente.

¿Cuáles son los A-B-Cs de la Resolución de conflicto?

A = Alcance contacto de confianza con cada una de las partes en conflicto.

En otras palabras, logre tener su atención. Idealmente, esto debe hacerse de forma separada con cada una de las partes. Primero, hable con la más agitada y luego con la más calmada. No deje que ventilen sus cosas la una a la otra o a usted. Usted es un partido imparcial. ¿Cómo puede usted lograr un contacto de confianza? A través del ambiente, que sea privado y sin distracciones, donde la confidencialidad pueda ser preservada. Esté relajada y sea genuinamente amable y preocupada. Escuche cuidadosamente pero objetivamente al preguntar preguntas como: “¿Qué ha pasado?” recolecte los hechos. Deje que sea pausado. Este no es su tiempo de hablar. Debe escuchar atentamente.

B = Concéntrese en cuáles son los problemas presentes (Simplifique el asunto).

Para hacer esto, deben usarse habilidades reflexivas al escuchar. Concéntrese en la respuesta y el punto focal. Dar respuesta es seguir lo que la otra persona dice, pero con sus propias palabras, en forma de preguntas para clarificar como, por ejemplo: Usted me está diciendo…?, ¿Escuché decir que usted….?, Entiendo que usted dice…..  Esto garantiza a la persona que usted entiende su situación. Centrase en el punto focal es ayudar a las damas a hacer conclusiones sobre los problemas reales presentes que ellas confrontan. Tome los hechos que conciernen a la crisis solamente. No cada uno de los problemas que las damas han experimentado el año pasado. Separe los hechos. Qué es lo que ha causado el conflicto- EN ESTA OCASIÓN. Uno o dos cosas actualmente habrán causado el conflicto inmediato.

C = Coopere activamente (Introduzca una salida, un plan).

Ayude al proveer una posible salida al conflicto. Establezca metas que son posibles, medibles, y a corto plazo. Sugiera con tacto algunas opciones no amenazadoras:

  • ¿Qué le gustaría a usted que ocurra?
  • ¿Cómo puedo ayudarle?
  • ¿Cómo ve usted que pueda ejecutarse el plan? ¿Qué hará usted? ¿Cómo lo hará? ¿Para cuándo lo hará?
  • ¿Cómo evaluará usted esto más adelante? ¿Qué necesita cambiar en el plan, si es necesario?

Usted puede guiarlas a orar por las necesidades de ambas. Quizá, puede arreglar reuniones cortas y periódicas para compartir. Si ellas son compañeras de trabajo, desarrolle descripciones claras del trabajo, para que cada una de ella conozca qué debe hacer y qué no debe hacer. Hable sobre cómo advertir la posibilidad de conflicto de una forma no explosiva.

Conclusión

Somo uno en el Señor, quien tiene un Cuerpo. Cualquier ruptura o quebrantamiento causa dolor al Cuerpo y afecta negativamente el avance del evangelio. Somos de Cristo, no del mundo. Nos comportamos de forma diferente ya que pensamos diferentemente unos de otros. Debemos ser obedientes. No como Sedequías quien pudo haber salvado a su familia y a su ciudad si hubiese obedecido. Los caminos de Dios no son como los nuestros. Son mucho mejor.

¡Oh, amada, ore! Ore para que usted no sea la causa de discusiones en su iglesia, para que usted no llegue a ser parte de los que usted no sea parte de los que afectan el trabajo de la iglesia por la causa de Cristo. Y ore para seguir en los sabios pasos de Pablo si usted ha de ser parte de los que ayuden a resolver disputas entre otros. (Elizabeth George, Experiencing Gods Peace (Experimentando la Paz de Dios), p. 111)

© 2017 Melanie Newton.

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